Un día gris.
Siempre el día anterior a cualquier cirugía es un día gris, la energía simplemente no fluye, desde que uno amanece, se sienten los pies pesados, el aire denso, el tráfico sin avanzar, la lluvia sin cesar, el café simplemente no sabe a nada y los minutos pasan demaciado lento, haciendo que el reloj avance hasta avisarnos que el tiempo a llegado y el procedimiento ya está a la vuelta de la Luna. Podría contarles muchas cosas inexplicablemente tensas que pasaron el día de hoy, pensamientos absurdamente negativos o por lo menos contarles algunas otras cosas irrelevantes. Pero la verdad, no tengo ni el humor ni las ganas de contarles nada, no puedo dejar de pensar en ese momento que tanto odio, ese momento en el que mi chaparra es llevada en camilla hacia el área restringida para todos los que somos humanos sencibles. Así que en este momento, les voy a dejar de escribir, ya estamos a unas horas de que termine exitosamente el show, en donde de los nervios y preocupaciones volverán a los nive...