Tan Tan.

Sábado 5 de abril 2014, 7:35 am 

Me desperté esta mañana listo para irme a correr mis diez kilómetros, me encontré que mi chaparra estaba despierta y con ganas de salir a caminar, por lo que cambie la agenda para irme con ella, el plan eran 30 minutos; salimos de la casa, giramos a la izquierda y caminamos en una calle muy poco transitada llena de árboles y un olor dulce a rocío, se escuchaba a un gallo gritanton al mundo "Bubu enosdias" la caminata iba según lo planeado, empezamos a platicar de este maratón, empezamos a recordar todo lo que habíamos vivido y sobrevivido, no entendíamos que fue lo que hicimos para poder  seguir acá, en este mundo y para seguir juntos y  felices.

Tenemos tantas anécdotas que contar, tantos recuerdos buenos y malos que pasamos en este maratón que podríamos escribir un diccionario de todos los sentimientos que existen en el mundo.

Empezamos a jugar un juego de recuerdos, tratamos de recordar los momentos más difíciles de cada quien, después,  los más felices, tratamos de hacer un recuento de cual había sido el mejor cuarto de hospital  y la enfermera más amable, el doctor más guapo y la visita más imprudente.

Recordamos tantas veces en las que pensábamos que ya estábamos por encontrar una solución o por lo menos un diagnóstico, recordamos como en un inicio nos resistíamos a ir a buscar un tratamiento en otro lugar del mundo y de cuantas noches pasamos en insomnio platicando de lo fuerte que teniamos que ser para no desequilibrar la vida de nuestros hijos.

Mientras caminábamos  entré los árboles, platicábamos y platicábamos, no pudimos negar que hoy somos personas totalmente distintas de las que éramos antes de empezar este maratón, concluimos que pensamos, hablamos y hasta sentimos de otra manera.

Pero al final, nos dimos cuenta de lo afortunados que somos de estar acá caminando otra vez juntos,  lo llevábamos anhelando hace mucho tiempo, en este momento....no podemos pedir nada más a la vida.

Mientras cruzábamos un riachuelo, me entro el sentimiento y al voltearla a ver note que ella también tenía los ojos vidriosos, me detuve y la abrace muy fuerte, después,  con mis manos deteniéndole la cara por los lados, la ví y le dije:

   "Chaparra, este maratón ya termino"


pero sabemos que no será el único...


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