Escribir por escribir.

Hay momentos que no tiene que pasar algo importante para que la mente me de vueltas. Hay días en que aunque todo este estable, me nace una necesidad por perderme en este blog y simplemente sacar lo que mi cerebro maquina pero mi voz es incapaz de repetir.

Hoy en una reunión con algunos nuevos vecinos, mi chaparra  empezó a contar un poco de su historia, por más que ella trate de evitarlo, siempre el tema sale a colación cuando nos presestamos en algún nuevo círculo de la sociedad mexicana. Pero siempre que esto sucede, es tan claro ver  como va cambiado la expresión facial de la gente que la está escuchando, que se nota como su cara de angustia y terror se va apoderando de su rostro y como las preguntan desaparecen para simplemete escuchar lo que esta hermosa guerrera de 38 años tiene que decir.

Es ahí donde a mí, me vuelve a caer el veinte de esta historia.

Nosotros por lo general en el día con día no estamos pensando todo el tiempo en este maratón,  pero son estos momentos los que nos lo recuerdan una vez más.

Claro, tampoco soy un idiota, por supuesto que me doy cuenta, la veo más flaca que nunca, los mareos están en oferta y sobretodo sé que las dosis necesarias de medicamentos son cada vez mayores para poder mantener el mismo estado de salud.

Ya no sé qué más decirles, solo espero por lo menos, haber escrito algo congruente, pero el hecho es, que no nos damos cuenta de la situación en la que vivimos hasta que vemos la reacción de la gente que la escucha por primera vez.

Me supongo que esto es cuestión de la naturaleza humana.

Lo que es muy impresionante es que la mente y por consiguiente la vida, se adapta a cualquier situación, logrando así una estabilidad y a su vez, replanteando los nuevos parámetros de la felicidad en sí. 

Lo que antes nos inquietaba por desconocido, es hoy, lo que nos hace felices por qué ya lo conocemos. Y la estabilidad que antes nos incomodaba, es la misma estabilidad que hoy nos permite dormir tranquilos en la noche.

La felicidad radica en aprender a disfrutar el presente sin añorar el pasado ni soñar el futuro.


Live, Love, Laugh.


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