¿Costumbre?
Ya llevamos más de 5 años en este maratón, mucha gente puede pensar que ya estamos acostumbrados a vivir así, pero la realidad es otra.
Me parece que uno nunca se acostumbra a esto, en mi caso, me sigue rompiendo el corazón ver cómo mi chaparra cae rendida todos los días antes de las 21:00, me sigue angustiando ver cómo se detiene la espalda tratando de controlar el terrible dolor como si eso le ayudara en algo o me sigo espantando mucho en cada uno de sus desmayos por miedo a que no vaya a despertar y bueno, ni que decir de las noches llenas de angustia y lágrimas, cuando al verla dormida me doy cuenta como se ha ido desgastando poco a poco y no puedo hacer nada al respecto.
Y que les puedo decir de ella?
Ustedes creen que mi chaparra ya se acostumbro al dolor? A estar mareada? A no poder caminar mucho? A no salir a cenar conmigo? O tomarse sus 80 pastillas al día? O a inyectarse 4 veces al día? O a no poder vivir con la fuerza que antes lo hacía?
Por su puesto que no, uno NUNCA se acostumbra a eso, uno NUNCA se acostumbra a tener miedo o a sentir dolor.
Les digo algo... para ella, el tema no es fácil, pero por su forma de ser, no se anda quejando de la vida, o de sus complicaciones, ella cual "Guerrera de Cristal" no dice nada, sufre en silencio y empuja hasta su última gota de energía de la manera necesaria para que nadie note lo que siente, para que nadie note que está cansada y sobretodo, para NO verse vulnerable ante mi y nuestros niños, por sobre todas las cosas, lucha para que sus hijos la vean fuerte, entera y normal.
Déjenme ser más claro, esto no va a cambiar, nuestra situación no va a mejorar, sus dolores no se van a quitar y ella no volverá a ser la misma de antes.
Si, seguramente, como familia y pareja nos hemos vuelto un tanto complicados o demasiado obsesivos en nuestra rutina, pero no tenemos de otra, vivir así y ser así, es nuestra única manera de poder sobrevivir este maratón.
Ojo!
No es queja alguna, al contrario, amo la vida, amo a mi chaparra y amo a mis niños, siempre he dicho que soy el hombre más afortunado del mundo, pero no todos pueden entender realmente lo que vivimos y como lo vivimos, aunque la situación de mi chaparra ya no sea noticia, para nosotros sigue siendo algo muy presente y complicado.
A lo largo de este maratón hemos perdido a muchas personas, algunos no puedieron manejar tanta intensidad, tristeza o angustia, a otros seguramente nosotros los hemos apartado, pero los peores casos son las personas que se ya acostumbraron y sobretodo las personas que siguen reprochándole a mi chaparra que nunca pueda ir a cenar, bailar, cantar, correr, viajar, escalar o volar.
Entiéndanlo.... mi chaparra es así, porque es la ÚNICA manera de seguir viva y tiene 3 hermosos hijos que la necesitan más que a la vida misma.
Aunque aparente que estamos acostumbrados a este maratón, les digo... uno nunca se acostumbra a tener miedo o a sentir dolor.
Y mienstras esto sucede, nosotros vivimos, trabajamos, reímos, lloramos, festejamos y amamos.
¡Darnos por vencidos, nunca será opción!
Live, Love, Laugh.
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