Bitácora de viaje por MB



La cuenta regresiva ha empezado, ya estamos a 24 horas de emprender el viaje tan esperado y tan temido que pondrá fin a una larga, tediosa y dura espera de más de un año. 

D ha dejado el hospital hoy después de seis largos días, en los que nos hemos reído, hemos llorado y hemos puesto a prueba los más estrechos lazos de amor y amistad. Anécdotas de todo tipo, bromas, chistes y pláticas especulativas sobre la salud de la niña. Por la habitación 340 pasaron más de 5 médicos de cabecera, más de 40 litros de agua, globos de aliviate pronto, una que otra visita extraña, paninis de La Cocina... pero sobretodo una amplia gama de sentimientos y vibras.

Empezaron los nervios y las despedidas, esas en las que nadie sabe bien a bien que decir pero que en la mirada de todos y cada uno de los queremos a D y J se asoma una gran esperanza y deseos de verla renacer y volver a ser esa personita imparable.

Jueves 13 de junio 2013 

Son las 6:00 am, nos dirigimos al Aeropuerto de Toluca en donde nos espera una avión  que nos llevara a Rochester, Minnesota directo, sin escalas y sobretodo con gran "estilo".

Frente a nosotros un avión espectacular, los ojitos de J dejan ver su niño interior, no disimulamos nuestra emoción y sin pensar empezamos a tomar fotos para documentar EL EVENTO! Eso si nosotros muy "Cool" como si fuera pan de cada día. 

El interior del avión a todo lujo,  seis asientos, una cama, un tanque de oxígeno y molduras de madera nos reciben. Así, sin más...sin espera, sin documentar, así no más. Maletas arriba y listos para despegar, nadie nos pide que apaguemos los celulares ni que nos abrochemos el cinturón, (nosotros de cualquier forma lo hacemos), sin los apretados pasillos, sin temblar a ver quien te tocará como compañero de viaje, sin los ruidos del cierre de los compartimientos del equipaje de mano y mucho menos las explicaciones de las azafatas con su mascarilla de oxígeno y señalamientos de las salidas de emergencia... Sin nada de eso, así no más despegamos elevandonos  hasta un precioso paisaje de nubes que nos regalo un amanecer espectacular.

Al poco rato de haber despegado, sacamos de los costados nuestras elegantes mesas de madera y el copiloto, un chavo monisimo por cierto, empezó a sacar las charolas del desayuno previamente seleccionado por el exigente paladar de los K. Un suculento plato de frutas y por supuesto el ya famoso queso panela y pan tostado integral, todo esto redondeado por un buen café largo Nespresso. 

Una siesta de la niña y cuatro horas con siete minutos después, aterrizamos sin contratiempos en Rochester.

Como gente importante, el agente de migración subió hasta nuestro lujoso avión y ahí mismo nos revisó los documentos y enseguida estábamos listos para bajar.

El coche rentado a la puerta y a falta de "Never Lost" yo saque mi súper maps de mi IPhone y nos lanzamos camino a la Mayo Clinic, sin darnos cuenta hasta 20 minutos después que nos dirigíamos efectivamente a la Mayo Clinic pero de Phoenix Arizona...oh,oh. "Recalculamos" la ruta y emprendimos camino.

De aquella ciudad desierta, cubierta de blanco y desolación ya no quedaba nada...en su lugar nos recibió una ciudad cálida de clima y de paisajes verdes floreados. La calle principal en gran festejo con un mercado peatonal infestado de gente en ropa de verano, mujeres embarazadas y niños y perros por doquier! 

Después de olvidar el portafolio, la llave del cuarto y aunque fuera por un rato el motivo de nuestro viaje, lo que nunca perdimos fue el sentido del humor y claramente el apetito...bueno unos más que otros.

Armados con silla de ruedas y un exquisito helado de yoghurt "muy light" concluimos el primer día de este que será sin duda el viaje del antes y después en la vida de los K y de todos los que tenemos la fortuna de estar a su lado.

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