El Maratón de la Autoinmunidad

Así es, estoy enojado desde la semana pasada, no he podido dormir, seguir la dieta, correr bien, ni mucho menos poder estar en paz. Se que el tema de esta pinche bolita en la cabeza no va a ser gran grave, no será nada que no se solucione  con una intervención media en el hospital, pero mi tema no es tan sencillo. Lo que me hace rabiar de tal manera que no lo estoy pudiendo manejar es esta mendiga bolita encima del fuerte dolor de espalda, el insoportable dolor de hombros, el inmanejable dolor de cuello, la severa deshidratación, la constante pérdida de peso, el intevitable desgaste general, bla, bla, bla... Porque en este maratón, las cosas no es que se solucionen, sino que se dejan de comentar porque aparecen nuevas cosas y estas son las que acaparan toda la atención, pero los malestares pasados, siguen haciendo de las suyas, pero simplemente fuera de los reflectores. Y lo que me ENCABRONA de sobremanera, es que NO tengo nada más que pueda hacer por el amor de mi vida, NO se que mas

A lo largo de estos años y más en los últimos días, he aprendido algo que me ha sido factor clave de nuestra vida y sobretodo en la manera que hemos enfrentado este maratón. Esta lección, o mejor dicho, lema de vida es: “Honra a los sentimientos” o “Embrace the feelings” Aprendimos a entender, a sentir y a realmente darle el tiempo a cada sentimiento que estamos viviendo en ese momento. Los sentimientos son absolutamente normales, naturales, es exactamente igual de válido el estar feliz, como el estar triste, tener miedo o estar nervioso. La vida es increíble y son estos sentimientos los que justamente la hacen increíble. Aprendimos que cuando estamos tristes o tenemos miedo, debemos honrar ese sentimiento, dejar que se apodere de nosotros, que nos llene absolutamente, para que así, realmente le demos su lugar, si tiempo y el respeto que se merece. Si tratamos de apresurar o cortar los sentimientos con los que no estamos cómodos, lo que en verdad estamos haciendo es limitándolos, y dej

Martes 26 Junio 2018 Estaba en junta de producción en la oficina cuando suena mi teléfono, era mi chaparra. Ella: Hola, cómo estás? Yo: Bien chaparra, tú? Cómo va todo? Estoy en una junta, te urge algo? Te puedo marcar en 20 minutos? Ella: Más o menos, no puedes hablar? Yo: Claro que si, estás bien? Todo bien hermosa? Ella: Mas o menos. Me paro en friega de la silla, salgo de la sala de juntas para irme a mi oficina, cierro la puerta. Yo: Dime hermosa, qué pasó? Ella: Vengo saliendo de la dermatólogo, la bolita de la cabeza que tenía en un “CARCINOMA” un tipo de Cancer de piel,  me la tienen que quitar, pero no es nada urgente, terminando el verano me la quitan y listo, esta en el cuero cabelludo, así que es muy fácil. Yo: ( no salieron palabras) Ella: Dice la doctora que no nos preocupemos por ahora, mienstras no crezca de una manera exponencial, en unas semanas me hacen el procedimiento y listo. Aunque es un tema de quirófano, anestesia local o algo por el estilo, pero ya lo vemos en

A lo largo de este maratón, nosotros hemos aprendido a vivir con algunas limitaciones, aprendimos a adaptarnos a nuestra nueva realidad y a sobrellevar la vida de la mejor manera posible, pero no crean que esto se hace mecánicamente. Tampoco crean que ya estamos acostumbrados a vivir así o que mucho menos extrañamos cosas del pasado. Una cosa es ser inmensamete felices en nuestra vida, aún con las ausencias que podemos llegar a tener y otra cosa es estar acostumbrados a vivir con dolor, limitantes y complicaciones. Aunque el vernos así ya es costumbre, y puedan dar por hecho que mi chaparra siempre está  feliz, perfecta, sana, vigorosa, fuerte o por lo menos sin dolores.... que creen? Nosotros aún estamos viviendo este maratón, mi chaparra aún toma mas de 60 pastillas todos los días, aun la hidratan cada 2 semanas por un catéter, va diario a fisioterapia y aún sigue desgastándose  cada día un poco más, no quiero sonar amarillista..... pero esa imágen del cerillo consumiéndose, esos 10-