El Maratón de la Autoinmunidad

Siempre el día anterior a cualquier cirugía es un día gris, la energía simplemente no fluye, desde que uno amanece, se sienten los pies pesados, el aire denso, el tráfico sin avanzar, la lluvia sin cesar, el café simplemente no sabe a nada y los minutos pasan demaciado lento, haciendo que el reloj avance hasta avisarnos que el tiempo a llegado y el procedimiento ya está a la vuelta de la Luna. Podría contarles muchas cosas inexplicablemente tensas que pasaron el día de hoy, pensamientos absurdamente negativos o por lo menos contarles algunas otras cosas irrelevantes. Pero la verdad, no tengo ni el humor ni las ganas de contarles nada, no puedo dejar de pensar en ese momento que tanto odio, ese momento en el que mi chaparra es llevada en camilla hacia el área restringida para todos los que somos humanos sencibles. Así que en este momento, les voy a dejar de escribir, ya estamos a unas horas de que termine exitosamente el show, en donde de los nervios y preocupaciones volverán a los nive

Los días van pasando de una manera normal, bajo control y sin ajetreos, aunque sabemos que la intervención es pronto, estamos todos equilibrados, pacientes y aguantando el ánimo de la mejor manera. Bueno... así estaban los días, hasta que uno de mis tres chaparros se suelta a llorar por la angustia y el miedo que le genera saber que su mamá será intervenida. Claro... en ese momento le dijimos que NO tiene por qué agobiarse, que NO tiene por qué estar preocupada ni mucho menos, pero el simple hecho de ver cómo corrían las lágrimas de esos ojos hermosos hacia las mejillas me dio en la absoluta tostada. Si el mundo fuera normal para nosotros,  este procedimiento  debería haber sido planeado en el mismo consultorio, con anestesia local y en cuestión de decenas de minutos, todo habría pasado. Pero en nuestro completamente bello mundo, este procedimiento se volvió una cirugía de alto riesgo en la que tienen que intervenir múltiples doctores, un quirófano y mucha gente nerviosa. Yo hoy.... es

Hoy fue el día en el que se confirmó, concretó, organizó y dictaminó la operación en el coco de mi chaparra. Lo que pensábamos....  Es algo de sencillo, seguramente será en el consultorio o en el peor de los casos en urgencias, bla, bla, bla.... mis huevos! Si, probablemente será de entrada por salida, pero NO será en el consultorio y TAMPOCO será urgencias, será en quirófano y con toda la pompa  y circunstancia que lo amerita. En la cita con el médico cirujano curujanisimo , las cosas quedaron muy claras, para él, el tema es pan comido y no requería mucha planeación anterior al magno evento, bueno.... en realidad para este médico, el evento aún, no era magno. Pero cuando hablo con el resto de los médicos...... PUM! “No que no tronabas pistolita” Digo.... el sigue tranquilo, ecuánime y bien enfocado, pero conforme iba hablando con los integrantes del “Project D” el evento.... se volvió un MAGNO EVENTO. Lo que era una anestesia local, se volvió una sedación compleja, lo que era una prep

Me cuesta tanto trabajo lidiar entre todos los mundos que estamos viviendo dentro de este maratón, cada uno tiene su propia tendencia, su propia situación tan particular, y al mismo tiempo cada uno tiene necesidades distintas y por más que trato de mantenerme ecuánime o neutral entre estos, siempre hay uno que acaba predominando. “El mundo de los Médicos”  En este, ellos saben perfectamente que esta pasando, entienden que toda la situación de mi chaparra esta conectada, poniéndola en una situación muy delicada y en constante riesgo, si por ellos fuera, la tendrían encerrada, en casa, postrada en un sillón o cama todo el tiempo, para evitar que su  desgaste avance, sufra un mal desmayo o por lo menos lleve a su cuerpo a algún límite con el riesgo de entrar en alguna crisis.  En este mundo, la comunicación es únicamente  bilateral , entre ellos y mi chaparra. Todos los demás estamos fuera siempre y cuando no se trate de una situación de alto riesgo como las que ya hemos pasado, en esos m