Un buen día.


El trayecto del hospital a la casa fue un momento increíble, los dos tomados de la mano, en silencio, escuchando música, no podíamos creer que ese momento había llegado, mi chaparra tenía una expresión de jubilo y cansancio que se le notaba con mucha claridad, sólo la recuerdo viendo por la ventana con una que otra lágrima bajando por sus mejillas, estábamos tan ensimismados que no recuerdo ni el recorrido ni la música, sólo se que fue uno de los mejores momentos de mi vida.

Llegamos a la casa, aún no estaban mis chaparros, yo sentía un temblar de las piernas y un cansancio repentino que no podía controlar, después de los procesos habituales de instalación, aparecimos los 2 tumbados viendo la televisión con un café a lado y gozando el momento.

Primero llego mi chiquita excumpleañera, ella corrió como locomotora a darle un abrazo a su mamá que duraría unos 3 minutos, después, la agarro de la mano y se la llevo a su cuarto para enseñarle todas las novedades.

Dos horas después llego mi chaparro, cuando llego sólo escuchamos sus pisadas de caballo a galope recorriendo la casa con dirección hacia su mamá, este abrazo duro aproximadamente unos 6 minutos, sus ojos se le nublaron, pero en ese momento su alma volvió a estar en paz.

Ya en la noche, llego mi princesa grande, cuando llego a la casa sólo veo como se esconde detrás de la puerta para planear su llegada y momento de encuentro, veo como acecha a su mamá como presa, se acera a ella en silencio y se la empieza a comer a besos, se sienta a su lado y la abraza de una manera tan especial que nos rompió a todos, de ahí para delante la noche no dejo de ser mágica y festiva.

Ya estamos todos juntos, ya somos los cinco otra vez, ya estamos en casa y mi chaparra esta mejor que nunca.

Cenamos todos en la mesa como de costumbre, platicamos los momentos relevantes de la semana, mi chaparra presumió a su nuevo hijo, fue una de esas cenas que nunca olvidaremos.

La vida pasa muy rápido, mejor dicho, todos los momentos de la vida pasan muy rápido, cuando los vemos hacia atrás, los buenos momentos son la recompensa y los malos son el aprendizaje, todos tienen sus propósitos y todos son parte de la vida.

La vida es lo mejor que tenemos. Sé que hemos pasado momentos muy duros, pero de todos ellos hemos sido recompensados.

El día de hoy fue mi recompensa por todo lo que hemos pasado, ver a mis hijos tan felices y a mi chaparra tan tranquila fue un momento que no tengo forma de  escribirlo, pero la imagen me acompañara por siempre.

A partir de este momento, el objetivo es empezar a mejorar, dejar que mi chaparra agarre un nuevo ritmo de vida y empezar a trabajar mucho en recuperar su calidad de vida, yo seguiré a su lado y seguiré empujando con ella hasta que sea la persona que ella quiere volver a ser.

Live, Love, Laugh.
 










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