Las pequeñas cosas.

Después de varias semanas muy difíciles, me parece que la mejor manera de sobrepasarlas es aprendiendo algo de ellas.

Debemos tomarnos un tiempo y reflexionar un poco para que así, estos días malos, por lo menos nos hayan aportado algo y nos den alguna lección, pero sobretodo, nos hagan mejores personas.

Seguramente esto, les va a sonar muy trillado, repetitivo, cursi o hasta un tanto payaso, pero a lo largo de nuestra vida, vamos perdiendo la capacidad de asombro, nos acostumbramos a las cosas que hacemos y sobretodo DAMOS POR HECHO la mayoría de las cosas que vivimos, planeamos o que dejamos para después.

Si hay algo que yo he aprendido en este maratón es a gozar la vida, agradecer las pequeñas cosas que vivimos y sobretodo a sorprenderme de las pruebas que superamos.

Hoy, agradecemos pasar una noche completa, nos sentimos afortunados si logramos ir una tarde al cine aunque sea una pésima película y creemos que somos los padres más suertudos del mundo cuando logramos hacerle una gran fiesta de cumpleaños a nuestra princesa adolescente. Ahora imagínense nuestro sentimiento al lograr unas vacaciones, sobrepasar una crisis o lograr unas semanas estables.

Antes de que mi chaparra se enfermara, estábamos a punto de irnos a escalar el monte Kilimanjaro en África, corríamos todos los días a las 06:00am 11km, salíamos al cine 3 veces por semana y tomábamos vino como si fuera agua y les digo algo... Todo eso lo dábamos por hecho, todas estas actividades eran parte de la rutina y ni siquiera nos deteníamos para meditar sobre ellas y permitirnos disfrutarlas como debíamos hacerlo.

Esta entrada, es todo menos amarillista, ustedes saben que nunca nos hemos quejado de la vida. Esta entrada es justamente lo opuesto, es una entrada que habla de la grandeza de la vida y sobretodo de lo vital que es aprender a apreciar los pequeños momentos y a NO dar NADA por hecho.

La vida es un gran milagro, lograr vivirla es un verdadero arte y si estamos en este mundo es para ser felices, trascender y lograr nuestros sueños.

Había tantas cosas que yo daba por hecho en mi vida que hoy ya ni las recuerdo, aprendimos a dejar a un lado las cosas que decíamos  eran la base de nuestra felicidad, para sustituirlas por otras que hoy nos hacen plenamente felices.

Pero sobre todo entendimos que nuestra felicidad no radica en las cosas que hacemos, sino en cómo las hacemos.

La vida va cambiando con los años, pero aferrarse al pasado sólo impide vivir el presente.

Gracias una vez más, que tengan muy buena semana y no olviden, que la vida tiene un solo objetivo, "SER FELICES".






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